
Las pistolas de duelo se fabricaban y vendían por parejas;iban colocadas en estuches de madera,con los accesorios necesarios para su entretenimiento y carga.
Los accesorios que llevaba el estuche,solían ser siempre los mismos.Una polvorera,una turquesa para fundir balas,una baqueta,un mazo para introducir la bala en el cañón,un destornillador,una llave de chimeneas en las armas de percusión,un engrasador y algún elemento de repuestos como podía ser un muelle,una chimenea,etc.
Es corriente encontrar en la tapa del estuche el escudo de armas o iniciales del propietario .Téngase en cuenta que muchas se hacían por encargo pasando de padres a hijos.las más abundantes son la de origen belga y francés,cuyas armerías las llegaron a fabricar incluso en serie,aunque no por ello de menor calidad.

La pistola de duelo ha de ser un arma de gran calidad,perfecta en todo,y si a esto se le añade que a de llevarse por parejas,se duplica el precio de compra.La caja,y nos referimos a la madera; ha de ser sencilla y funcional,y si es posible hecha a medida de la mano del propietario.
Algunos armeros lastraban las culatas con plomo con el fin de retrasar el centro de gravedad y permitir una buena puntería.Una de las piezas claves era el cañón,que solía ser liso en las armas de fabricación inglesa y rayado en las demás.Su calibre no era muy grande,normalmente alrededor del 11 ó 14 milímetros.

Un duelo histórico.-
Pocas veces hemos tenido una crónica más detallada de como se desarrolló un duelo,que la referida al desafío entre el Infante Enrique de Borbón y el Duque de Montpensier,que a lprimero le costó la vida y al segundo el trono de España.Las actas autógrafas del duelo se conservan en el Museo del Ejército de Madrid,juntamente con tres estuches de pistolas,de las que se dice que participaron en él.
El motivo del desafío fue una carta dirigida por el Infante de Borbón,hermano del rey,al consorte de la destronada Isabel II,Francisco de Asis.Las intrigas de Duque,casado con una hermana de la reina,para acceder al trono de España,hicieron de él un personaje odiado por muchos.Entre los párrafos de la citada carta podemos leer lo siguiente.
".....No hay causa,dificultad,intriga ni violencia que entibie el hondo desprecio que me inspira su persona,sentimiento justísimo,que por su truhanería experimenta todo hombre digno en general y todo español en particular...."
Al recibirla ,el Duque mandó a sus padrinos D. Fernando F. de Córdoba y D. Juan Alaminos,quienes juntos con el infante acordaron el desafío a pistola para la mañana del día 12 de marzo de 1870.
El lugar elegido fue el campo de tiro en al llamada Dehesa de los Carabancheles.Se estipuló que el duelo fuera primera sangre,a una distancia de nueve metros y avanzando uno a cada serie de disparos.Ya sobre el terreno se acordó modificar la distancia a diez metros y que ésta permaneciera fija.
Le tocó en suerte ser el primero en disparar al infante.La primera serie resulto fallida para ambos.En el segundo disparo el Duque acertó en la pistola de su oponente,resultando la bala partida en dos,uno de cuyos trozos quedó incrustado en la lleve del arma,golpeando el otro el hombro del infante,sin causarle herida.
Al siguiente disparo el Duque acertó al Infante,que cayó a tierra.

El infante fue enterrado el día 15 y el día 12 de Abril el veredicto del Consejo de Guerra que juzgó al Duque,le sentenció al destierro por un mes de la corte y al pago de una indemnización de 30.000 pesetas.
De los estuches y pistolas que se han conservado en el citado museo,solo hay certeza de que uno participara en el duelo,y que fue enviado junto con una cata autógrafa del Duque,como regalo al general Alaminos,en agradecimiento por los servicios prestados,quien la cedió al entonces Museo de Artillería.
Los duelos empezaron a caer en desuso a finales del siglo XIX,con ello la fabricación de los estuches de desafió decreció,permaneciendo en poder de los descendientes como objetos decorativos del patrimonio familiar.
Las armas de duelo fueron durante un tiempo signo de nobleza y honor de sus propietarios,y hoy piezas codiciadas de todo coleccionista y resucitadas por los aficionados al tiro con armas antiguas,quienes a veces se tienen que conformar con las réplicas,dada la elevada cotización de las mismas.