10 de julio de 2016

Mauser Oviedo Modelo 1893 en calibre .22 corto




Quizás muchos nunca oyeron hablar de él,la mayoría ni siquiera sabran de su existencia.Por todo ello,porque se trata de una pieza única y por que es española,es por lo que a continuación os dejo un interesantísimo artículo escrito por MIguel A. Martínez Oliva y publicado en el periodico de Armas.es

<<Corría el verano de 1995 cuando leyendo una revista mensual ya desaparecida, la famosa publicación “Armas”, me encontré con un número extra dedicado al armamento ligero español. Entre sus páginas, aparecía un curioso título: “Rara Avis”; y más raro fue el hecho de ver que trataba de un Mauser 1893 en calibre .22 corto. Como soy un gran amante de estos fusiles y de los fusiles de entrenamiento en calibre .22, esta rareza de arma quedó grabada para siempre en mi memoria.
Una vez pasados ya varios años, recibí una llamada de mi gran amigo y compañero de armas Juan Ignacio, preguntándome si recordaba aquel artículo sobre el Oviedo en .22. Claro que sí, contesté al momento, ya que siempre he tenido la esperanza de encontrar uno. Pues bien, me dijo: “mándamelo que tengo uno”.
La mayoría de Ejércitos han intentado, con mayor o menor éxito, crear carabinas de entrenamiento semejantes a los fusiles de dotación, para adiestramiento de cadetes y ahorro de munición, empleando el famoso cartucho .22 LR. Así, por ejemplo, Alemania antes de la Segunda Guerra Mundial diseñó varias carabinas siguiendo el patrón de su fusil reglamentario, el Kar 98, creando modelos idénticos como el KKW fabricado por Gustloff Werke, y que salvo en su capacidad monotiro y calibre, era idéntico a su hermano mayor. O el Lee Enfield nº 2 Mk 4 en calibre .22 LR inglés. Varios años después, otros países como Polonia, y antes, en la década de los 30, España, también tuvieron esa misma idea e intentaron llevarla a cabo. De aquí precisamente nació nuestro protagonista.
El peso del Tiro Nacional
A principios de 1900 se creó en España el Tiro Nacional. Tras las últimas derrotas coloniales, la alta sociedad, así como dirigentes militares, ensalzaron la idea de fomentar el deporte del tiro para que, de una forma lúdica, se pudiera preparar a civiles y militares en esta doctrina tan necesaria para la defensa de la patria. De esta iniciativa nació el ya nombrado Tiro Nacional, predecesor de nuestras Federaciones de Tiro.
Uno de los Generales de máxima responsabilidad del estamento cívico-deportivo ordenó la fabricación de estos fusiles al ministerio del Ejército, utilizando el modelo estándar de dotación. Estos fusiles se encargaron a la fábrica de Oviedo, y nacieron con el claro propósito de servir a la enseñanza y el tiro para los jóvenes. Al mismo tiempo, también se pretendía que las delegaciones del Tiro Nacional que estaban constituidas en España pudieran solicitar al Ministerio del Ejército la dotación de cinco fusiles y de su correspondiente munición para dicho fin, al precio simbólico aproximado de 100 pesetas por fusil y 50 pesetas por la munición, la cual se suministraba en una caja alargada de madera de 1.000 cartuchos. Todo este proceso dio como resultado un total de 210 ejemplares fabricados (como mucho), según me comentaba Juan López, un buen conocedor del tema y federado desde 1974. El propio López me contó cómo su padre, directivo del club de Media Legua (Cartagena), se hizo con uno de estos pedidos.
En el anteriormente citado reportaje de la ya extinta revista “Armas”, el autor, Luis Pérez de León, publicaba que no pudo averiguar la cantidad total de Mauser Oviedo del .22 Corto que se fabricaron, y estimaba la cifra en unos 20 o 25 ejemplares. Al mismo tiempo, aportaba datos interesantes, como saber que había 5 unidades en el Tiro Nacional de Madrid, así como otros tantos ejemplares en Barcelona, y haber encontrado un inventario de 3 fusiles sustraídos en la Fábrica de Armas de Oviedo en la famosa revolución de Asturias, en el año 1934. Sin embargo, los nuevos datos obtenidos recientemente confirman que  pudieron ser sobre 210 ejemplares los fabricados, más teniendo en cuenta que se ha encontrado uno con el numero de serie cercano al  S-200 (no pudiendo revelar el número concreto por deseo expreso de su dueño).
Como curiosidad, el Mauser Oviedo .22 Corto no fue creado para este propósito desde cero, sino que se su diseño partió de un Mauser estándar 1893 del calibre 7x57 y que se vio reformado. Así, para dar vida a este fusil se emplearon rifles existentes en la propia fábrica de Oviedo, desde los primeros modelos hasta los últimos fabricados en la década de los 20, ya que hay modelos con y sin el orificio que se les introdujo para la expulsión de gases en caso de sobrepresión en la recámara. Al fusil se le embutió un cañón de 5.56 mm, se le abrió la acción para poder acceder a la diminuta recámara, quedando el cerrojo anclado en un solo tetón de los dos que posee el sistema Mauser 93, se transformó su cerrojo para convertirlo en fuego anular, y se modificó ligeramente su uña extractora, haciendo un rebaje en la recámara para que ésta entrara y actuara sin problemas.
Otras modificaciones importantes fueron la rampa que se le hizo a la teja elevadora en su parte posterior, para impedir con esto que el cerrojo hiciera tope (como cuando se queda sin munición en la versión estándar).  Si utilizamos munición muy potente por el lado del rebaje de la recámara, la uña extractora deforma  las vainas, creando una hernia por la presión del cartucho, y dilatando en la parte en la que el cartucho no está totalmente introducido en la recámara. Pero si utilizamos una munición normal no se aprecia desgaste ninguno. Asimismo, se ha embutido un casquillo para albergar la nueva baqueta, se ha remarcado con una “S” antes del número de serie, pudiendo hacer referencia dicha “S” a subcalibre o subcalibrado, y en la culata se ha estampado un sello con una “R” de reformado. El año, desde 1933 al 1934,  y la palabra “OVIEDO”, confirmando su origen, son otras de sus señas de identidad, lo que se ve reafirmado al conservar el arma todas las medidas y características de un fusil Oviedo 1893.
Así vemos que este rifle sólo se reformó en este pequeño periodo de tiempo, entre 1933 y 1934. Quizás, la llegada de acontecimientos de la época suspendió el programa, o simplemente lo hizo el hecho de no haber más demanda que la de los establecimientos de Tiro Nacional. Lo que es evidente es que el abandono de su producción acabó relegando al olvido al protagonista de este artículo.
¿Por qué en .22 Corto?
MIguel A. Martínez Oliva,autor del artículo
A estas alturas nos preguntamos por qué se apostó por un arma del calibre .22 Corto y no por el .22 LR. Así como por qué se decidió versionar el modelo estándar, y no partir del mosquetón o de la carabina mod. 1895 y 1916, más pequeños y cómodos sobre todo para el público al que iba dirigido. Pues bien, razonando sobre estas dos cuestiones llegamos a estas sencillas conclusiones. En primer lugar, se eligió este calibre porque la mayoría de estos locales de tiro estaban habilitados para el tiro de armas Flobert o .22 Corto, con galería de 10 metros. Y en segundo lugar, se decidió modificar el modelo estándar básicamente porque los otros dos eran más escasos en número y más apreciados que el modelo 1893, el cual era demasiado largo. Además, no hay que olvidar que este modelo ya no estaba en producción, pues su fabricación terminó en el año 1928, pasando la factoría de Oviedo a centrar la producción en el mod. 1916. Aun así, encontramos modelos 1893 en los años 1930, 1931 y 1933, los cuales parece ser que fueron partidas reacondicionadas de modelos antiguos deteriorados por el uso y el tiempo, sobre todo en la campaña de África. Precisamente de estos restos también vendrían los fusiles que se utilizarían para el subcalibrado.
Pasados unos años, y debido al manejo de este arma por jóvenes inexpertos, se produjeron muchas interrupciones y acumulación de proyectiles en el cañón, lo que motivó que fueran sustituidos por fusiles 1893 de 7x57mm, cuando se adoptó el modelo Coruña en 7.92x57mm como fusil reglamentario para el Ejército.
En cuanto a la supervivencia de ejemplares, pocos hay que se conozcan. La mayoría están en manos de coleccionistas particulares, como el que pude probar y disfrutar gracias a mi gran amigo Juan Ignacio. El S-15 fue reformado en 1933. También en estado de tiro está el S-19x, siendo reformado en el año 1934. Dos ejemplares más que no he podido localizar a sus propietarios y otro inutilizado en el museo del Ejército, confirmando por el Comandante C.L. Pedro Ruiz González  siendo el nº S-152 y el año de reforma el de 1933, compartiendo piezas del S-151, lo que confirma la fabricación, o mejor dicho, reforma de estos ejemplares entre los años 1933 y 1934.
Años después en la década de 1960, la misma fábrica produciría un modelo más adecuado para el mismo uso, la carabina Santa Bárbara SB-66, también monotiro y en calibre .22 LR, aunque no seguía ningún patrón militar, sino netamente deportivo. Fue utilizada como base didáctica entre los miembros de la O.J.E.>>

Características

Designación: Fusil Oviedo mod. 1893/22
Origen: España
Fabricante: Fábrica de Armas de Oviedo
Cartucho: .22 Corto
Capacidad de carga: Monotiro.
Largo total: 1.230 mm.
Largo del Cañón: 730 mm.
Largo entre miras: 642 mm.
Peso: 4 Kg.
Sistema de disparo: Cerrojo Mauser Español 1893
Sistema de puntería: Guión semifijo con reglaje lateral en banco. Alza abierta con corredera deslizante para regulación de altura.


.........y recuerde,las armas las carga el diablo y,acidentalmente las disparan los idiotas.

Fuente:www.armas.es

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